Influencers: la profesión del futuro… y del presente

En los últimos años, el uso de Internet se ha ido incrementando progresivamente hasta alcanzar niveles extraordinarios. Junto a este crecimiento, han ido surgiendo nuevas profesiones relacionadas con la web. Al mismo tiempo, muchas otras han crecido o cambiando su radio de actuación.

La realidad es que, desde el punto de vista jurídico, se ha hecho imprescindible legislar sobre muchas cuestiones hasta ahora desconocidas en un lapso muy breve de tiempo. Pero, además de las nuevas legislaciones, han cambiado muchas otras, como por ejemplo las que tienen que ver con el mundo laboral. Al surgir nuevas profesiones, se han establecido también nuevas relaciones contractuales. En este caso, para salvaguardar los derechos de autor, reproducción y distribución de contenidos audiovisuales, fue preciso crear y reforzar leyes contra la piratería informática. A través de las leyes y de la aparición de nuevos servicios online que facilitan el acceso a los contenidos se ha conseguido disminuir esta piratería. El problema surge con el nuevo papel de los creadores de contenidos respecto a estas plataformas y respecto a las marcas.

Sobre cualquier obra intelectual se erigen todo tipo de derechos: de autor, distribución, reproducción, o incluso sobre la imagen de los menores de edad. Además, se trata de unos derechos cuyos poseedores pueden ceder de manera temporal para su explotación por parte de terceros. Pero, en el caso de profesiones como los denominados “influencers” o generadores de contenido, pueden surgir problemas, ya que el autor no siempre es consciente de que ha cedido sus derechos. Algo que puede ocurrir cuando se establece un contrato con una plataforma como Youtube, Twitch o Vimeo.

En la mayor parte de los casos, nos damos cuenta demasiado tarde de que se han vulnerado nuestros derechos. Ya sea porque no hemos leído los conocidos “términos de uso y condiciones” de la plataforma o bien porque las condiciones que se reflejan en ellos no son del todo claras o transparentes. En cualquiera de los casos, debemos dejarnos asesorar por profesionales expertos en propiedad intelectual e industrial. De lo contrario, podríamos acabar sin percibir ningún rédito económico por el contenido intelectual que nosotros mismos estemos creando. 

Por otro lado, también es controvertida la relación de los creadores de contenido con las marcas. En multitud de ocasiones, una de las partes no cumple con lo pactado si los productos no obtienen la acogida esperada. Ante una situación como esta, debemos tener en cuenta que el mundo de Internet se caracteriza por su volatilidad y que son las marcas las que deben intentar cumplir con las expectativas y elegir adecuadamente a sus embajadores de marca.

En cualquier caso, si establecemos una relación contractual, sea cual sea su naturaleza, se deben respetar los términos y condiciones establecidos en el acuerdo. Por ello es fundamental contar con el respaldo legal de un equipo profesional que nos proteja de este tipo de abusos y conflictos. Especialmente en el mundo de internet, que se encuentra en constante cambio.

Si necesitas asesoramiento sobre tus derechos intelectuales, contáctanos. Martínez-Blanco Abogados vela por ti y tus intereses.

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